jueves, 15 de abril de 2021

MEMORIA HISTÓRICA

Como asturiano autentico que me siento, dado que nací en la Comunidad más implicada en la historia de la Nación Española, me entra dolor de estomago cada vez que veo las noticias y hablan de una memoria histórica que comienza en el año 1936-1939. Por supuesto hablando de un fascismo que comenzó con la guerra civil española y cuyo régimen duró hasta la constitución de 1978.

Actualmente se cambian nombres de calles, eliminan cualquier tipo de símbolo existente en época del General Franco, y continúan derribando monumentos históricos de épocas que nada tienen que ver con ese régimen, borrando de los libros de texto información relativa a épocas que abarcan desde el siglo de oro (1492-1659). Los nacionalistas, comunistas y socialistas confunden la historia con la ideología política, llegando incluso a exteriorizarse a otros continentes donde España, no sólo descubrió, sino que les educó y mejoró sus condiciones de vida. Algunos hablan de maltrato, esclavitud, y apropiación de bienes ajenos. Puede que algo debió de existir, pero nunca comparable con la invasión romana y árabe en nuestra España, y que a pesar de ello, aprendimos de ellos y todavía guardamos sus vestigios aparentemente bien conservados.  

Es razonable que, costumbres, idiosincrasias, cultura y arte de otras civilizaciones que invadieron España hayan influido en el carácter propio de las gentes del mediterráneo y las del norte, convirtiendo nuestra nación en dos áreas muy diferentes con sus propias idiosincrasias y un lenguaje común con otros propios de cada comunidad y varios dialectos.

Así todo, los que quieren transformar con sus ideologías nuestra verdadera historia, ésta puede ser temporal y otros vendrán que todo lo cambiarán. Ese es nuestro error. Cada historiador escribe lo que le parece y en función de su ideología, con lo cual deberíamos tomarnos más en serio y marcar unas leyes que impidan hacer ese tipo de locuras.

Muchos avilesinos os podrían contar que en Avilés hace daño a los ojos que ciertas placas distribuidas por la Villa, informen de los lugares donde se produjeron errores de conciencia idealista política, y sin embargo no se destaque lo que fueron anterior y posteriormente. Pongo por ejemplo la tal llamada "La Vidriera", en cuya esquina con la calle Llano Ponte figura una placa recordando que durante la guerra fue un campo de concentración. Sin embargo no indican que fue una de las mejores fábricas de vidrio soplado desde 1840 y cuyo nombre era La Industria y Laviada. Donde trabajaron hasta 80 personas, y dada la implantación en Avilés de Cristalería Española el 13 de octubre de 1952, siempre fue detrás de "La Vidriera" hasta que la adquirió y todo el personal que quiso, pasaron a formar plantilla de Cristalería Española. Los que no pudieron marchar, como mis padres, pues en aquella época no admitían mujeres y ella estaba de practicante, vivíamos en una casa de la empresa Avenida de Gijón número 5. La empresa de "La Vidriera" aprovechando los hornos belgas se transformó para fabricar ladrillos refractarios para Ensidesa incluyendo en su plantilla a los operarios que no se marcharon y entrada de multitud de mujeres. 

Por la década de los 70, se cerro definitivamente y ahora presenta lo que conocemos como Puerta la Villa. Todavía quedan presentes algunas casas antiguas en la avenida de Gijón. 

¿Es justo que no se refleje esa importante fábrica de vidrio como patrimonio industrial de Avilés desde 1840?. Sin embargo figure como memoria histórica un horrible campo de concentración que duró 2 años. Es una vergüenza para la Alcaldesa que permitió haber consentido tal metedura de pata. Espero que algún día no muy lejano esa maldita placa acabe en el fondo de la ría. Os adjunto unas fotos de "La Vidriera" en pleno auge de funcionamiento y algunos personajes como Belarmino Guardado, mis padres, y personajes conocidos de Avilés y alrededores
que allí trabajaron, cuyo último director fue José Antonio Testa Cendan. 

Saludos

Miguel Sánchez del Río González-Anleo    

     


ANTONIO COROSTOLA


 

ES
Este video se lo dedico a mi amigo Antonio Corostola de San Juan de Nieva, pues el vivir en el centro de España tiene muchas ventajas y algún inconveniente, y el principal es que no puedes ver la MAR.

Saludos

Miguel Sánchez del Río González-Anleo

martes, 6 de abril de 2021

LA MALPARIDA

Así es como llamaban a la emblemática fuente ubicada en el la Plaza Pedro Menéndez de Avilés. Construida en 1960, parece ser que ese nefasto apodo le viene de las múltiples averías que se producían en sus circuitos hidráulicos. 

Para los avilesinos nacidos antes de su implantación siempre fue una fuente monumento que sustituyó a una farola implantada enfrente de Casa Máximo y que su destino principal era una glorieta para favorecer la fluidez del tráfico de varias calles.

El diseño fue muy coherente con las necesidades de aquel tiempo. Los chorros de agua expulsaban ésta con buen ritmo y quizás su alumbrado no puede compararse al de Montjuic, aunque se puede mejorar. Sobre todo ahora que está totalmente abandonada.

Nunca llegué a entender, la causa o razón por la cual los monumentos en mi Villa los dejan deteriorarse sin ningún mantenimiento que les devuelva su lucidez y resplandor, función, y patrimonio histórico. Lo mismo le pasa a los caños de Rivero que, en su día hasta llegaron a manar vino por sus tres caños. El cuarto caño no existe y de manar agua, nada de nada. Quien te ha visto y quien te ve.

Ahora resulta que con la modificación del Parque del muelle, algún arquitecto iluminado se le mete en la mollera deshacerse de la fuente. Desconozco su nombre, y tampoco me interesa conocerlo, pues de personas que piensan de esa forma es mejor alejarse. Igual se la quiere llevar para adornar el salón de su casa.

El patrimonio histórico de una ciudad debe estar a la vista de todos los ciudadanos, pues también formamos parte del inventario y si algún cambio se quiere hacer hay que contar con nosotros en primer lugar. No penséis los políticos que sois los dueños de la Villa. Si estáis ahí, es por el pueblo soberano que os debe decir que emprendimientos hay que tomar y con que tipo de urgencia. Sois simplemente unos gestores y los clientes somos nosotros. No lo olvidéis.

La fuente del muelle tiene su hermosura cuando le pinten los labios y le pongan un vestido atractivo y seguirá siendo algo bello en su ubicación, en dónde muchos avilesinos celebraron junto a
ella multitud de acontecimientos e incontables parejas que se juraron eterno amor lanzando la moneda de la suerte al igual que en La Fontana de Trevi.

Tengo la esperanza que, la decisión final de quitarla, se transforme en un mar de dudas para quien tenga esa responsabilidad. De no ser así, puede que se enfrente a toda la comunidad de La Villa de Avilés y ponga en peligro su puesto y su dignidad.

La Fuente del Muelle es patrimonio de los avilesinos. 

Saludos

Miguel Sánchez del Río González-Anleo    

sábado, 3 de abril de 2021

CÓMO VAN PASANDO LOS AÑOS

¡Cómo van pasando los años!. El reloj de la vida no se atrasa ni una decima de segundo, es más, aunque los minutos tienen sesenta segundos yo soy de los que un minuto para mí es inapreciable. Recordad el pantalón corto que dejaba al descubierto los rasponazos que te hacías en las rodillas, es el símbolo de inicio de una vida llena de pericias en un camino aparentemente largo hasta la meta del destino.

Recuerdo que un día normal de veinticuatro horas en mi niñez parecía interminable. Te daba tiempo a todo, desde que te levantabas recordando aún los sueños de la noche, te lavabas, desayunabas, cargabas la cartera y salías corriendo hacia la calleja del Marqués y llegabas al Instituto, no te enterabas. Ahora casi es una senda incluida en la guía de Turismo. 

En el Instituto ya me estaban esperando mis compañeros de pupitre: el Cubano, Sampedro, Azcarate, Amalio, y muchos más que compartíamos el primer curso de bachillerato mixto. En esas circunstancias y separada media clase chicos y media de chicas, ya había alguna con cabello largo rubio y ojos azules cuyo nombre era  María de los Ángeles a la cual se dirigía mi mirada más que al profesor. La profesora joven de francés también atraía las malicias de alguno de mis compañeros tirando el bolígrafo debajo de las faldas para ir a recogerlo con la mirada hacia arriba. 

Al toque de campana de salida del colegio, aquello parecía una estampida de búfalos, luego todo era calma, te entretenías en cualquier esquina a charlar, jugar o tirar piedras a las ratas del río de La Magdalena que todavía no estaba canalizado. Eso era la rutina de la semana, salvo que llegase un día festivo por el medio. Entonces todo cambiaba, desde el vestuario, visitas a los abuelos, tíos y demás familia; siempre sacabas alguna pesetina que iba directamente a la hucha del cerdito. La tarde de ese día pasaba muy rápido y enseguida puesta de pijama, rezo obligatorio y a dormir.

El fin de semana se alargaba un poco más en función del tiempo y la estación del año. Si era primavera, con eso de que la sangre altera, ya había quedadas sin móvil y botellón. Localizar nidos para ver su evolución, juegos eternos de chapas, mirar caras bonitas de niñas que te hacían tilín. Y si tenias dinero, comprar pipas y cine matinal en el Marta y María o Palacio Valdés para ver alguna película del Oeste que luego imaginabas en el Fuerte Apache que te habían traído los Reyes Magos.

En Pascua había que estrenar alguna prenda, aunque fuese unos calcetines, y llevar la palma a la madrina para recibir el rico bollo de mantecado. Y por supuesto no perder ninguna procesión, pues el oír el sonido de las cornetas y tambores te hacían marcar un paso que te duraba hasta tú llegada a la Mili. El lunes de Pascua, obligatorio ir a comer fuera y luego las carrozas que, siempre mi padre acababa cabreado por algún atrevido que se ponía delante quitándonos la vista a mi hermana y a mí.

Cuando llegaba la hora de la puesta de largo, primeros pelos del bigote y cambio de voz de pito a tenor, aquello era muy diferente. Tenías otras responsabilidades, tú primer cigarro, tú primer beso y poco más. Te centrabas en los estudios, deportes de temporada y carreras en bicicleta compartiéndola con tus amigos que no la tenían. Era el momento de formar cuadrillas pequeñas de amigos y amigas que ya asistíamos a otras quedadas sin móvil llamadas romerías y pudo darse el caso de probar algún culín de sidra para darte ánimo y sacar alguna chavalina a bailar. 

Llegaba la temporada de playa, y aquello si que prestaba. Teníamos a tiro de piedra San Balandrán, y de aquella ya hacíamos una gran cola en el muelle para coger sitio en la motora de Velilla y Panizo. El viaje era entretenido y los momentos del baño emocionantes siempre respetando las dos horas después de comer  que se hacían interminables. De menú, mi madre siempre preparaba lo mismo: ensaladilla rusa y filetes empanados. Luego siesta de toalla, y vuelta a casa al oscurecer. 

Hasta aquí se pasa una época muy bonita la cual no podré olvidar nunca. He obviado anécdotas y nombres de personas para no alargar más el tema, pues me podría estar escribiendo días y días. La segunda fase en la que os iré informando, es cuando uno ya empieza a tener un sentido común más arraigado. El tiempo ya empieza hacer mella en él y las responsabilidades son más estrictas.

Saludos

Miguel Sánchez del Río González-Anleo