Hace casi cuarenta y nueve años que tengo el gusto de haberte conocido en tú impecable librería del Carrer Alt. Época en la que todos aquellos que nos gustaba la lectura íbamos a consultarte un nuevo libro interesante para alegrar nuestro inicio nocturno hasta alcanzar el sueño merecido por nuestro intenso trabajo diario.
La elección del escritor o el título, daba paso a una conversación interesante que normalmente acababa en el consejo final del librero. Luego llegaron los famosos fascículos que reservabas amablemente y que ofrecías con su encuadernación. Hasta ahí, y posteriormente los libros escolares de los hijos fueron nuestras conversaciones. Luego mi traslado de residencia a Banyeres hizo un vacío en nuestras relaciones hasta mi llegada a la Muntanyeta.
No sabes mi alegría cuando te empezaste a unir a nuestra cuadrilla del Café de La Vila y empezamos de nuevo nuestros cotilleos de muchos años atrás y tus aficiones por la música que junto con la literatura formaron una cultura fuerte y robusta como un roble. Llegaste como el Ángel Tobías, pero sin helicóptero, redactándonos con todo detalle las crónicas de una villa con numerosos personajes históricos de fama nacional e internacional a los que no se han dado los honores que se merecen.
Esta falta de cultura del día a día, sólo es posible mostrarla con personas que como tú, son conocedores de un patrimonio cultural que expresas a todos los que como yo, te escuchan y graban en su memoria hechos ocurridos que la mayoría desconocemos. Me agrada tú forma de comunicación siempre con ánimo de destacar todo aquello ocurrido sin falta de criticar a persona o entidad alguna.
Vienes cada día a cuestas con tus problemas de salud sin oírte ninguna queja y realizas grandes esfuerzos para que tus amigos oyentes no se les escape ninguna de tus eminentes crónicas. Es una lástima que de no tenerlas todas escritas, se puedan perder en el tiempo. Si yo fuera el Alcalde de este pueblo, serías nombrado sin ninguna duda, "Cronista oficial" de una historia que guardas en tú cerebro verdaderamente interesante.
Toda la cuadrilla te seguiremos escuchando con toda atención embelesados de tus crónicas. cuyo valor no tiene precio, y además deberían ser conocidas por todo el pueblo vendrellense.
Como despedida te envío una frase de Eugeni D'Ors: Aprecio al amigo que me tiene en su agenda para recordarme, pero estimo mucho más ese amigo que no necesita de una libreta para no olvidarme.
Saludos
Miguel Sánchez del Río González-Anleo