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Se acercan las elecciones municipales en las que cada comunidad se aferra a las ideas propias de un gobierno egoísta y con ganas de no perder un ápice sus ansias de poder a cualquier precio.
Cuando la mar está tranquila y en pleamar, todo parece agradable y los cantos de sirena parecen convencer de actuaciones bien hechas, con normalidad y convenciendo al pueblo de que las mejoras implantadas serán una bicoca para posicionarlas en primera línea de una Unión Europea con falta de ideas, disminuyendo cada día sus previsiones y sin poder educar y dirigir sus objetivos a los 27 países que la componen.
A la bajamar todo aparece, engaños, equivocaciones, meteduras de pata, irresponsabilidades y carencias imaginativas. Ahora puedes ver problemas como los trenes de Asturias y Cantabria, submarino de Cartagena, ley del aborto, ley Trans, Ley Si o Si, desastre de la agricultura y la sanidad. En fin, todo lo que esos payasos llamados analistas políticos nos cuentan cada mañana a la hora del café en cualquier emisora, sin salir de ellos una simple propuesta de mejora.
Para complicar más la ecuación, sac amos pecho en la ayuda de la guerra de Ucrania, cuando todos somos conocedores de que nuestra inversión en material bélico sólo da para tira-chinas y ondas. Eso sí, se nos da muy bien lucir pecho al descubierto, cantar y desfilar con honor para ocultar esa carestía.
Seamos prudentes, sensatos y solucionemos nuestros propios problemas de una forma lógica y proactiva. Estamos observando cada día los enfrentamientos producidos en Ucrania, Rusia, África, Afganistán, Siria, Israel, Palestina, etc. Todos queremos acabar con todos, y sin embargo nos asustamos y nos echamos las manos a la cabeza cuando la Madre Naturaleza nos manda un aviso en Turquía, Siria, Chile y Perú.
Nuestro planeta llamado Tierra puede en cualquier momento destruir a todo aquel habitante que lo ocupa, y nosotros lanzando misiles intimidadores, destruyendo ciudades, mares y océanos exterminando especies marinas y todo tipo de fauna incluido la flora.
Pienso que sacar a la Virgen María a dar un paseíto y emular a los antiguos guerreros a realizar danzas para que vuelva la lluvia es símbolo de falta de cultura. Nada se puede hacer para que se cumplan los ciclos planetarios, y menos incumpliendo las reglas del medio ambiente, cuyos efectos que ya estamos pasando pueden ser tan irremediables que todas las batallitas a las que nos tienen acostumbrados los gobernantes que creen que por un voto no bajara la marea y se les verán sus ineficaces proyectos.
Saludos
Miguel Sánchez del Río González-Anleo
