lunes, 8 de agosto de 2022

DORMIR LO JUSTO

¿Qué nos está ocurriendo?. Es un sueño profundo, una pesadilla o hemos entrado en un coma inducido esperando que durante un tiempo indefinido nos vengan a despertar para volver a la realidad .

Estamos afectados todavía por una pandemia que parece no tener fin, en la cual la mayoría de los ciudadanos la tienen casi olvidada. Nos hemos infiltrado en guerras cuyo objetivo principal es el "Poder" proveniente de la locura de un ser demente cuyos efectos están alcanzando a países sin posibilidades de defensa, los cuales tienen que meterse debajo de las faldas de un gran preboste que los cobije.

Otras guerras simultaneas aprovechan la ocasión para difundir su poderío, implantar su religión y dominar este precioso Planeta convirtiéndolo en cenizas esperando al Ave Fénix surgir victorioso y sostenible para seguir viviendo en un valle de lagrimas.

Mientras, en nuestra Patria todo son vacaciones, fiestas, ocio, alguna que otra blasfemia producida por los efectos colaterales de la guerra; como la subida de carburantes y energía eléctrica. Se oyen palabras malsonantes, pero de ahí no pasan, la Fiesta de Blas sigue adelante.

Nuestro apreciado Gobierno a base de Decretazos, Leyes exprés y falacias vocales en cada argumento expuesto, nos tienen dormidos como si tal parece que nos hayan inyectado, sin darnos cuenta, alguna sustancia de sumisión química.

Veis normal que una emisora de radio, un semanario, o incluso una tertulia familiar tenga que lanzar un dardo o empujar la ruleta para ver de que toca hablar hoy, y no saben que tema elegir de la larga lista de problemas existentes.

La lista de problemas sin resolver es tan extensa que es imposible recordarla en la memoria. Puedo deciros que muchas personas desconocen la diferencia existente entre URGENTE e IMPORTANTE, con lo cual los introduce en una espiral de incertidumbres que los impulsa a tomar continuamente decisiones que dimanan de urgencias impuestas por acuerdos negociados por su propio interés fuera de nuestro ámbito.

Yo tengo por costumbre en mis obligaciones tener un máximo de cinco tareas a resolver, en cuanto pasan de ahí, ya hay que planificar su tiempo de ejecución. 

Actualmente en esa famosa lista interminable de problemas nos invaden los malditos incendios, el paro, ahorro energético (por cierto, otra vez más delegado a las autonomías), Ucrania, Taiwán, Palestina, el PIB, el IVA, imparables subida de la Inflación IPC, fin de los combustibles derivados del petróleo, contaminación ambiental, pandemia, cambio climático, falta de acuerdos entre partidos políticos. Así podría estar escribiendo páginas y páginas de temas pendientes de solucionar.

Como podéis observar son demasiadas y complicadas soluciones para realizarlo en tan poco espacio de tiempo, además se nos anuncia para el otoño nubes de una posible recesión, palabra que no me gustaría oír, y os puedo asegurar que para ese temor no existen vacunas ni mascarillas, pero si grandes soluciones que todas pasan por acuerdos, negociaciones y empujar todos en el mismo sentido.

Despertad lo antes posible y centraros en este presente imprevisible.

Saludos

Miguel Sánchez del Río González-Anleo