Hay momentos en el día que te viene a la memoria la palabra gustar, cuyo significado es el sentir y percibir el sabor y el agradecimiento de las cosas. Desde luego a mí personalmente el verbo gustar supera en mucho aquellas cosas que puedan repeler mis gustos. Voy a comentaros algunas que podría disfrutar en cualquier momento de mi vida, pues a pesar de haber pasado muchos años, estoy seguro que podría ejercerlas sin ningún problema.
La primera que me viene a la memoria es vivir, cosa que me gustaría alargar en el tiempo y poder conocer y participar en todo aquello que significa subsistir y por supuesto lleva consigo respirar. Amar y perdonar son palabras que sin ellas no podría sobrevivir, pues son tan importantes que forman parte de tú existencia.
Otras palabras están unidas a tú carácter y aficiones que nunca olvidas, aunque algunas no puedas practicarlas por tú estado físico que se interpone por muchas ganas que tengas de practicarlas. En mi caso, la gastronomía es uno de mis placeres, en especial los bocadillos de lo que sea y donde sea. El contacto de mis manos con la piedra caliza ascendiendo los miles de picos que hay en mi tierra. Navegar surcando un cantábrico cuyas olas te hablan al oído y te transmiten mensajes de seres queridos que habitan en estrellas que solo puedes observar en una noche despejada.
Caminar hasta que tus botas pidan un cambio es algo impresionante, donde tus ojos marcan el camino, y se fijan en todo aquello que significa naturaleza, y que junto con tus oídos distingues un esquilón, un mirlo o un hermoso urogallo que te obliga a realizar una parada en tú disciplinado caminar.
Observar o mirar con atención y recato, es imprescindible tanto en tú camino, como en tú propia vida. Con ello puedes rectificar a tiempo y ver si la senda que has tomado es la correcta.
Hablar en público, y sobre todo escribir son mis preferidas, pues quizás mis genes hallan querido darme esa satisfacción que nunca he rechazado, y a la cual dedico muchas horas de mi reloj biológico de mi cuerpo. Traspasar al papel tú lenguaje es sencillo, sólo hay que ponerse y enviar tus mensajes al igual que un papel dentro de una botella y tirarla al mar. Estoy seguro que alguna persona encontrará empujada por la mar en una playa desierta en la espuma de una ola, algún mensaje de comunicación agradable con su personalidad.
Saludos
Miguel Sánchez del Río González-Anleo