Sin apenas dar por terminada una pandemia mundial, rusos y ucranianos se enfrentan en una guerra cuyos efectos colaterales provocan una crisis de energía a nivel europeo cuyas repercusiones nos posicionan en carne de cañón y comenzar a vivir en situaciones adversas en un periodo desconocido hasta la fecha. Todavía no comprendo muy bien, la razón por la cual nos hemos visto enrolados en esta barbarie.
Afectado todo el tejido industrial, ganadero, pesquero, agroalimentario y económico
nos han puesto en una situación crítica incapaz de resolver "a priori" con nuestro estado de la economía actual en la que todo son deudas. Además, para apoyar la situación, dos Bancos financieros como el Silicon Valley (USA) y Credit Suisse (Suiza) han quebrado y desconocemos si la ficha de dominó seguirá su camino derribando más entidades e irá extendiéndose por otros derroteros.
Para mí personalmente la primavera es la mejor estación del año, siempre que cumpla su cometido, incluso que apoye las carencias de un invierno seco que nos puede traer muchos problemas incluso en el Norte. La sequía existente, la inflación actual, el paro, leyes aprobadas y otras en curso, pueden transformar nuestra primavera esperada en un mar de lagrimas que lo único para lo que pueden servir es para reforzar nuestra esperanza.
Mi temor es, siendo optimista, que tardaran muchos meses en solucionarse todos los flecos del invierno y posiblemente veamos entrar otra primavera tan versátil como la que entrará el veintiuno de marzo de 2023.
Saludos
Miguel Sánchez del Río González-Anleo