Para los avilesinos nacidos antes de su implantación siempre fue una fuente monumento que sustituyó a una farola implantada enfrente de Casa Máximo y que su destino principal era una glorieta para favorecer la fluidez del tráfico de varias calles.
El diseño fue muy coherente con las necesidades de aquel tiempo. Los chorros de agua expulsaban ésta con buen ritmo y quizás su alumbrado no puede compararse al de Montjuic, aunque se puede mejorar. Sobre todo ahora que está totalmente abandonada.
Nunca llegué a entender, la causa o razón por la cual los monumentos en mi Villa los dejan deteriorarse sin ningún mantenimiento que les devuelva su lucidez y resplandor, función, y patrimonio histórico. Lo mismo le pasa a los caños de Rivero que, en su día hasta llegaron a manar vino por sus tres caños. El cuarto caño no existe y de manar agua, nada de nada. Quien te ha visto y quien te ve.
Ahora resulta que con la modificación del Parque del muelle, algún arquitecto iluminado se le mete en la mollera deshacerse de la fuente. Desconozco su nombre, y tampoco me interesa conocerlo, pues de personas que piensan de esa forma es mejor alejarse. Igual se la quiere llevar para adornar el salón de su casa.
El patrimonio histórico de una ciudad debe estar a la vista de todos los ciudadanos, pues también formamos parte del inventario y si algún cambio se quiere hacer hay que contar con nosotros en primer lugar. No penséis los políticos que sois los dueños de la Villa. Si estáis ahí, es por el pueblo soberano que os debe decir que emprendimientos hay que tomar y con que tipo de urgencia. Sois simplemente unos gestores y los clientes somos nosotros. No lo olvidéis.
La fuente del muelle tiene su hermosura cuando le pinten los labios y le pongan un vestido atractivo y seguirá siendo algo bello en su ubicación, en dónde muchos avilesinos celebraron junto a
ella multitud de acontecimientos e incontables parejas que se juraron eterno amor lanzando la moneda de la suerte al igual que en La Fontana de Trevi.
Tengo la esperanza que, la decisión final de quitarla, se transforme en un mar de dudas para quien tenga esa responsabilidad. De no ser así, puede que se enfrente a toda la comunidad de La Villa de Avilés y ponga en peligro su puesto y su dignidad.
La Fuente del Muelle es patrimonio de los avilesinos.
Saludos
Miguel Sánchez del Río González-Anleo