domingo, 10 de mayo de 2009

PROTEGER SIN AMENAZAS

Parece imposible, pero algún iluminado se ha permitido el lujo de encargar un voluminoso estudio ecológico obtenido de la extrapolación y aplicación de complicados algoritmos para intentar averiguar lo que, según los analistas, podría ocurrirle al Medio Ambiente del Principado de Asturias a finales del siglo XXI

A quien se le ocurre tal descaminada inquietud en vez de invertir de forma preventiva, con todos los medios posibles, lo que sin ninguna duda es por todos conocido sin falta de malgastar nuestros ridículos recursos económicos en temas de medio ambiente, permitiendo emigrar progresivamente la escasa industria transformadora, poco contaminante y con mayor ocupación de mano de obra.

¿Es qué seguir manteniendo industrias químicas, y destiladoras de materias primas  ubicadas en Avilés favorecen nuestra enferma economía, o quizás algún ecologista de Oviedo quiere evitar los viajes continuos a León o Benidorm para secar sus húmedos huesos y en un futuro hacerlo en el Balneario de las Caldas?.

Asturias se merece algo mucho más serio, más importante y reivindicativo cuyo punto de mira está más allá de videntes informes cuyos resultados no favorecen la concienciación de las personas de nuestra tierra.

Reflexionemos sin esperar ni un segundo cuales son las fundamentales acciones más sostenibles y hagámoslas realidad de una vez por todas, sin perder el tiempo y el dinero en babayadas que confunden a nuestra propia idiosincrasia.

Adelantarnos a un futuro incierto aplicando acciones coherentes y acertadas con nuestras necesidades nos garantizará nuestra continuidad y evitará volver a repetir errores que todavía estamos pagando. Nuestra climatología no es un problema actual para el turismo, solo tenemos que ser más hábiles y saber venderlo como lo hace Galicia, y si fuera necesario implantaremos el Año Santo Carbayón o enlazaremos el Ave con la ruta de la Plata.

Las comunicaciones están adaptándose a nuevos requerimientos, tenemos buenos recursos naturales y humanos, somos una comunidad atractiva, pero sigue faltándonos industria transformadora sostenible capaz de asumir nuestras carencias de paro. 

Nos falta mucho que mejorar, pero no lo vamos a solucionar con pesimistas informes que, por cuatro grados de más, quieren transformarnos en un verdadero desierto y arrebatarnos de un plumazo el placer de degustar un exquisito centollo, poder saciar nuestra sed con unos culinos de sidra y dormir una buena siesta en un verde prau.

Que me perdonen nuestros colindantes vecinos y amigos de Castilla y León, pero no quisiera llegar a tener su inhóspito paisaje, ni que la temperatura del agua de la playa de Salinas tuviera veinte grados centígrados. Yo quiero mi Asturias “Tal como ye”, verde, con orbayu, con vaques, algas y calamares. 

Y si para ello es necesario trabajar sin descanso, alternando un poco menos, hagámoslo, no seamos tan cazurros y pongámonos en marcha que de León solo nos separa el puertu Payares.

Saludos.

Miguel Sánchez del Río González-Anleo