lunes, 6 de abril de 2009

MERCADILLOS CON SOLERA

Nadie pone en duda que el hombre es el ser más perfecto de la creación. Nuestra inteligencia no tiene límite, y en estos momentos estamos preparados para desarrollar complicadísimos proyectos y máquinas con tanta perfección capaces de resolver y conseguir retos que, hace algunos años, parecían inalcanzables.

Hoy se está hablando la posibilidad de colonizar en poco tiempo nuevos mundos capaces de albergar seres humanos con ánimo de poblar terrenos cuya afinidad con nuestro planeta compensen de alguna forma la escasez de todo lo que sin una justa medida hemos ido consumiendo y explotando a lo largo de nuestra existencia.

Han pasado millones de años para poder conseguir los niveles alcanzados, pero no ha sido fácil el recorrido, ni tampoco los aciertos de los primeros resultados. Paso a paso, desde el primer artesano, se forjaron las ideas que hoy tenemos a nuestra disposición para su disfrute, aunque algunas sean difícilmente alcanzables para la mayoría de nuestros bolsillos. 

Realizado todo ese atrevimiento cabe pensar que nada está fuera de nuestro alcance, pues no es así, todavía nos falta por resolver infinidad de problemas a pesar de tanto esfuerzo, aunque para muchos erradicar el hambre, el cáncer y el SIDA no debe ser tan prioritario cuando en las espectaculares reuniones planificadas de las principales naciones (G20), solo se preocupen de medidas prometedoras para eliminar el grano infectado de la economía y personalizar encuentros de sujetos cuyos objetivos están focalizados en sacar provecho mutuo.

Por desgracia para todos nosotros, no tienen en cuenta y olvidan con gran facilidad el esfuerzo de las personas que utilizan su cerebro para generar y elaborar ideas capaces de remediar los problemas realmente importantes, los cuales, debido a su desinterés por lo banal pasan desapercibidos.

Otros tampoco cuentan con los nobles artesanos que aportan con sus trabajos manuales mejoras importantes que facilitan el confort de nuestra convivencia, intentando vender bajo una lona lo que puede ser el principio de un competente negocio; pero una vez más son olvidados y comparados con vulgares contrabandistas que nos ofrecen a bajo precio, simples imitaciones de productos de marca que algunos mezquinos compran en beneficio propio.

¿Quién ha tenido la feliz idea de eliminar por decretazo la venta ambulante en los paseos marítimos?, ¿Es imperativo tener un intermediario para vender los productos?, a lo mejor es que quieren más parados y eliminar los pocos artesanos que quedan en este país. 

Por favor, eliminar la lacra de la falsificación, las importaciones ilegales, y trabajar en aras de favorecer al que con sus manos lucha por la supervivencia y las necesidades de los demás. Quiero recordar que para solventar los problemas económicos que provocó un gigantesco incendio ocurrido en Avilés en 1479, los Reyes Católicos concedieron como solución para ayudar a su recuperación, implantar el mercado semanal todos los lunes, en el cual autónomos y artesanos ponen a la venta sus productos funcionando con éxito desde hace seiscientos treinta años.

Saludos.

Miguel Sánchez del Río González-Anleo