jueves, 3 de febrero de 2022

LA ALDEA VACÍA

Es noticia desde hace varios años la España vaciada. ¿Nos extraña?, a mi en absoluto, he recorrido tantas aldeas por el Principado cuyo destino comenzó con las colonizaciones de ultramar y con la propia globalización dentro del Estado español provocado por una mala gestión política de nuestros dirigentes, y por una globalización internacional iniciada por las empresas multinacionales que buscaban sus mejoras económicas especialmente por la mano de obra.

El avance sin cortapisas de la tecnología e industrialización atrajeron al aldeano a huir de sus raíces buscando mejoras importantes para sus familias en otros entornos.

Emigrantes como los gallegos, asturianos y vascos cruzaron el Océano en busca de fortuna. Algunos la consiguieron y otros no. Eso sí, la mayoría volvieron a sus orígenes demostrando unos sus éxitos y otros sus fracasos.

Una mejor distribución de los recursos en aquellos años hubiese promovido muchas mejoras por los mismos ciudadanos, creando unas ciudades más pequeñas pero más rentables y por supuesto sin llegar a vaciar esos pueblos cuya habitabilidad con unos recursos sostenibles hubiese mantenido una distribución acorde con el espacio de una península relativamente extensa.

La falta de cultura, educación y apoyo tecnológico a esos pueblos y ciudadanos esparcidos por todo el territorio, hubiese evitado el problema que hoy tenemos, cultivando además unos valores familiares que se han perdido en su mayoría.

La familia se esforzó a tope en la mejora de sus hijos, procurándoles facilidad de estudios, pero no pensaron que estos una vez concluidos, iban a continuar con sus explotaciones agrícolas, ganaderas y otras actividades cuyos oficios fueron desapareciendo.

Es una pena no haber mantenido un equilibrio de la actividad rural , y una red de explotación industrial solamente por por mantener unas oficinas en edificios sobresalientes que hoy en día son vendidos por la carestía que ello conlleva su conservación. Las multinacionales instaladas en nuestro territorio buscan la la rentabilidad y no la prepotencia de su  patrimonio. 

Con una buena red digital , vial, transporte, buenos servicios y realizando las inversiones necesarias en terrenos prácticamente libres de tasas por las Comunidades para atraer a la industria, no cabe en mi mente que no puedan crearse en terrenos deshabilitados proyectos industriales y urbanísticos respetando el medio ambiente que apoyen a disminuir las aglomeraciones urbanistas y potenciar el destierro de unas aldeas perdidas y olvidadas en el tiempo.   

La anulación por parte del Estado español de la formación profesional cuyo esencial resultado obtuvo en los años sesenta, también influyó en una falta de orientación de los jóvenes a otros derroteros cuyo objetivo mantuvo un desequilibrio en todas las actividades y ausencias de la vida rural. La falta de orientación y selección provoca vacíos que acaban en frustraciones difíciles de resolver.

Saludos

Miguel Sánchez del Río González-Anleo