Hoy hemos dado la bienvenida al mes de marzo, eso quiere decir que faltan 20 días para el cambio de estación. La llegada de la primavera es una de las estaciones del año más esperadas y que más cambios produce en la naturaleza y en el medio ambiente (más horas de luz, progresivo aumento de las temperaturas, etc.). Además es una estación cargada de significado mitológico, relacionada con la fertilidad y la fecundidad de la tierra y de las especies.Este año 2022, la primavera entra de manera oficial en el hemisferio norte el domingo 20 de marzo, concretamente a las 16:30 hora española peninsular, y durará hasta el 21 de junio, fecha en la que se producirá el solsticio que marcará el inicio del verano. Entrará casi sin darnos cuenta, embelesados y distraídos por otras preocupaciones que distorsionan en estos momentos nuestros sueños a pesar de que, San Patricio patrón de la música Celta, ya nos venía advirtiendo.La primavera, palabra que deriva del origen etimológico de esta estación proviene del latín, en concreto de los términos primun ver, la primera parte del verano y vera (verdor) cubrirá en pocas horas todos nuestros campos de un manto amarillo llamado polen, enemigo número uno de las personas alérgicas. A pesar de ello, su principal misión es germinar las plantas y llevar a cabo el proceso de polinización, y no perjudicar la salud de aquellos que por su particular metabolismo acusan las posibles sustancias químicas que puedan venir adjuntas y las cuales son transportadas bien sea por el viento, o adheridas a las patas de las muy nobles y entrañables abejas. El equinoccio cumplirá una vez más el ciclo de la vida regalándonos, sin ninguna duda la mejor estación del año. Los pájaros cumplirán felices su apareamiento expresando con sus trinos la continuidad de la especie, los cerezos y almendros florecen como si de una explosión artística se tratase.Los campos transforman sus colores pasando de los apagados amarillos a los fascinantes verdes cumpliendo sin recelo la transición entre el invierno y el verano. Sus nuevos tonos invitan a plasmar en cualquier tipo de lienzo paisajes motivadores que dejan atrás los fríos días del invierno. Las sendas naturales se hacen más transitables, y desaparecen progresivamente los resbaladizos barros, evitando con ello esguinces fortuitos que pueden costarnos disgustos laborales. La nueva savia, no sólo corre por las tallos de plantas y árboles, también lo hace por nuestras arterias renovando nuestro ánimo, ingenio y aumenta nuestro potencial como si estuviéramos recibiendo una nueva carga de energía y serotonina.Los días se alargan poco a poco hasta el solsticio de verano, el Sol, nos acaricia con mayor intensidad y nos invita gratuitamente a pasear para disfrutar de las maravillas de la madre naturaleza. La penosa cuesta de enero, la pandemia y la invasión de Ucrania poco a poco quedarán en el olvido, ahora hay que respirar profundamente mirando al horizonte (aunque sea con mascarilla), y recibir toda esa energía de tal forma que todo parezca cuesta abajo. Hemos disfrutado y gastado nuestras reservas invernales en luchar contra el bicho y los horrores de las acciones tomadas por personas que sólo piensan en si mismos y su poderío, y ahora, con el complemento de la Semana Santa es el momento preciso para cargar los depósitos a tope de nuestras almas para disfrutar sin miramientos.Hay que aprovechar al máximo, la parte bella que nos corresponde de esta corta vida. Pero ojo con lo que hacemos, no despertemos con nuestros gozos, alegrías y ruidos de tambores y gaitas a esos caldos de la Ribera del Duero, Rioja, Penedés, Sidras y Cavas que en esta época duermen plácidamente en sus bodegas y llagares para disfrute posterior de nuestros sentidos y secos paladares.
Saludos.Miguel Sánchez del Río González-Anleo
Saludos.Miguel Sánchez del Río González-Anleo
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