martes, 19 de enero de 2021

AVILÉS PIERDE LIDERAZGO

“Volver con la frente marchita” después de 40 años, como cantaba Gardel, te hace recordar lo que fue tú Villa y en lo que se está convirtiendo.

La palabra “Cerrar” en la RAE significa “Poner fin a las tareas, ejercicios o negocios propios de un cuerpo comercial o industrial”. Por supuesto su antónimo es “Abrir”.

Parece ser que, “Abrir”, en mi Villa se utiliza en casos muy especiales y tiene tendencia a sustituirse por “Cerrar” en el momento más oportuno.

Recuerdo vagamente el cierre de: las conserveras, la fábrica de harina de pescado (la fedionda), las industrias lácteas, la curtidora, la azucarera, la Industria y Laviada de botellas y garrafones (La Vidriera), y otras que en esos años eran el motor de la economía en Avilés.

Posteriormente, llegó sin previsión, la Industria Siderúrgica, las de Zinc y aluminio, la de vidrio de construcción y automóvil (Cristalería) que en un espacio corto de tiempo, consiguieron una gran expansión, aumento de población progresiva y por supuesto una mayor contaminación. Tanto de nuestra cristalina ría repleta de peces: anguilas, robalizas, panchos, incluso hasta salmonetes y otras especies de crustáceos.

La decadencia de los ríos que desembocaban en la ría: Arlós, Alvarés, Magdalena, Raíces, Tuluergo y alguno más donde se vertían los residuos de múltiples industrias y explotaciones agrarias y ganaderas, han convertido la ría de nuestra Villa en un hábitat incompatible con nuestra fauna marina. A pesar de todas las inversiones realizadas sigue teniendo los mismos síntomas.

La necesidad de adaptar la Villa a ese vertiginoso aumento de población, también provocó el cierre de vetustos establecimientos con solera, como El Paulino, Casa Máximo, Casa Venancio, Campanal, Casa Kike, etc.

A la hostelería siempre le toca pagar los platos rotos en cualquiera de los cambios que se produzcan.

Más tarde le llegó la hora a las librerías, ultramarinos, y tiendas de aproximación que reducían los costes de transporte y facilitaban los paseos por la Villa.

La decadencia de la industria provocada por la globalización, se notó de forma impactante en el descenso de población, el paro y envejecimiento de la población activa. Los jóvenes se fueron marchando progresivamente abandonando las posibles salidas laborales que pudieran transmitir sus padres o abuelos.

Los pocos emprendedores, se aseguraron un futuro incierto en un Avilés sin ánimo de mejora. La crisis producida por la maldita pandemia y la invasión de Rusia impacta de lleno en sus dividendos, pues las ayudas y procedimientos obligados por la administración los lleva directamente al precipicio del cierre inmediato rompiendo todas sus ilusiones y objetivos. A pesar de ello, siguen luchando con valentía y honor por salvar una crisis irremediable.

No consigo comprender, la actuación del equipo de gobierno que ante tal crisis antepone a realizar obras en el municipio, sin antes solucionar los verdaderos problemas de la Hostelería. Las enormes aceras del Parque del muelle, quizás serán bellas en otra ocasión o son expresamente para guardar la distancia de los peatones.

¿No sufre la Ilma. Sra. Alcaldesa observando la cantidad de avilesinos que cruzamos el paso a nivel de Larrañaga cada día para pasear por la ría? Sin embargo cambiar de sitio la vetusta fuente "La Maldita" no conlleva problema alguno.

¿No le preocupa el paro?. ¿No se puede implantar en los terrenos del PEPA una industria de fabricación automóviles que además de ser bonitas de aspecto no contaminan. Ahora con U.S.A abierta a Europa sería más fácil su negociación. Eso sí, hay que tener ganas y demostrar que tenemos la materia prima a tiro de piedra.

¿No podemos mejorar la Cultura de Avilés implantando una Universidad?

Parece ser también que hay distinciones entre calles y barrios, pues al pasar por alguno de ellos (ejemplo: Calle Llanoponte) o Doctor Graíño, solo puedes fijarte en las papeleras, pues la mayoría de los comercios están cerrados por traspaso o jubilación.

Eso sí, ópticas y ortodoncias proliferan como si los avilesinos estamos cegatos y se nos han caído los dientes. Los bancos cierran sus sucursales para aumentar la productividad y las personas mayores sufren cada vez que tienen necesidad de desplazarse para sacar sacar su dinero.

Espero que algún avilesino “de toda la vida”, que no sea de Boal, pueda realizar en su tiempo libre un mapa de riesgos de Avilés con las necesidades actuales de las actividades de la Villa, describir su estrategia, realizar un planning y ponerlo en marcha cuando volvamos a la normalidad.

Me gustaría transmitirle al Sr. Barbón que, confinando, poniendo restricciones y dando talones de ayuda a los ciudadanos no es la solución, lo que hay que confinar es al maldito coronavirus, solucionar los efectos colaterales de la invasión rusa y eliminar el paro, y le garantizo que hay formas de hacerlo, pero no es a mí a quien le corresponde.

Saludos

Miguel Sánchez del Río González-Anleo


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