lunes, 15 de febrero de 2021

FANTASÍA POLÍTICA

Estamos atravesando una época que nos parece un sueño interminable, como si la noche tuviese una duración eterna. Causa de ello, nuestra mente acucia el dilema en algunas ocasiones si esta pandemia es verdadera o si somos nosotros mismos que pretendemos hacerla virtual.

No es la primera ni será la última tragedia que tendremos que asimilar los seres humanos, la única duda que tardaremos en conocer, es si se trata de algo casual o intencionada. Estoy seguro que todo pasará en un espacio de tiempo relativamente breve, gracias a las vacunas desarrolladas por científicos que, aislando otras investigaciones, han sabido escoger sus prioridades.

Quizás nuestros hijos tendrán que contar a sus nietos este acontecimiento ocurrido en un mercado de Wuhan (China) el 17 de noviembre de 2019.

Desde hace tiempo hemos entrado en una velocidad de crucero casi imparable, con lo cual, el frenazo brutal tanto de la crisis económica como la debilidad de una sanidad mal gestionada, nos ha llevado a esta situación, cuya normalidad (por mucho que nos informen esta pandilla de pipiolos) no será tan breve como se supone.

Dejar en manos de las Comunidades Autónomas es apartarse de sus responsabilidades y esto ha conllevado un fracaso del Gobierno Central imperdonable. Primero que nada, por que no son iguales, no están preparadas para estos contratiempos, máxime cuando ni siquiera entre ellas tienen los mismos medios ni capacidad para desarrollar procedimientos acordes con sus necesidades.

¿Cuándo terminará esta inhumana situación?. A cierto número de jóvenes más bien les parece que se trata de un juego virtual de consola que terminará con gana-pierde. Los que están en esa edad en la que "Trabajo o no como", su preocupación se clava en su cerebro cada noche como una flecha perdida y en especial los que deben mantener una familia. Su trabajo o su negocio tiembla como si de un terremoto de fuerza siete en la escala de Richter se tratara.

A los mayores les hace que pensar, pero su experiencia les da la calma suficiente para investigar si hay una solución y cómo obtenerla. Los científicos en su labor personal han luchado y luchan cada día por resolver el problema, pero su directiva los apremia para alcanzar un éxito más que supondrá más beneficios. 

La Iglesia lucha sin tregua por ayudar y esperando un milagro que los salve una vez más de la Gracia de Dios. Cosa que ocurre por el esfuerzo de todos los creyentes y los profesionales. Al menos por ahora.

Los especialistas de la salud cumplen a rajatabla con sus obligaciones, incluso saltándose los protocolos por intentar salvar una vida más, arriesgándose en un momento dado la suya propia. El apoyo alcanzado por todos los ciudadanos no creo que será suficiente para lograr económicamente el esfuerzo realizado.

Una vez detallado los actores, sólo falta añadir aquellos que por su falta de entendimiento, voluntad, miedo a perder su estatus, ansias profundas de poder e intentar salir beneficiados por los impulsos de otros han sido capaces de atender sus prioridades políticas con el ánimo de garantizar su futuro a base de reuniones de chigre sin nuestra participación.

Pues si amigos y amigas, aquellos que han sido votados por todos nosotros, me da igual sus idealismos, para dirigir una nación llamada España los considero un cero a la izquierda.

Espero con fe y esperanza que las vacunas lleguen aunque sea por el apoyo de otros, y que dentro de un espacio breve de tiempo podamos abrazarnos y saludarnos que, casi ya ni me acuerdo como se da la mano y un beso.

Saludos

Miguel Sánchez del Río González-Anleo


   

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