Estamos viviendo unos años donde los embustes están ganando por goleada a las verdades, las cuales éstas últimas deberían ser no solo un placer comunicarlas, sino el mínimo común múltiplo de nuestro lenguaje y procedimiento para alcanzar una estabilidad de convivencia entre los seres humanos.
Las artimañas que cada día se configuran por grupos especialistas capaces de repetir recurrentemente todo tipos de mentiras las cuales con el tiempo se convierten en verdades.
Según los psicólogos ésta múltiple repetición se le denomina como el efecto de la “ilusión de la verdad“. Políticos sin escrúpulos nos transmiten diariamente falsedades que llegan directamente a nosotros, o a través de los medios de comunicación.
A pesar de tener una Constitución firmada por la mayoría de los españoles, donde explica claramente nuestros derechos y obligaciones y donde la Justicia tiene expresa obligación de defender, soy incapaz de entender cómo se pueden escuchar en cualquier instante por cualquier osado y medio comunicativo tal cantidad de barbaridades y falacias.
Al final todo parece que esa nominación que nos han atribuido recientemente de rebaño, no piensa, no opina, no cuestiona a la autoridad y así hasta miles de conceptos que nos llenan la cabeza de promesas incumplidas y sin trazas de que se cumplan.
Si tenemos en cuenta que la “ Mentira “ es la expresión o manifestación contraria a lo que se sabe o se siente, es normal que un pequeño indicio o duda sobre los resultados esperados nos conviertan en dos bandos claramente identificados. Los que ya no creemos nada aunque sea jurado ante la Biblia, y aquellos que se ven afectados por el efecto de “Ilusión de la verdad".
Esta situación no puede seguir así en el tiempo, pues la historia suele repetirse y no me gustaría que nos viéramos involucrados en volver a vivir épocas pasadas que algunos insisten en recordar cómo memoria histórica por Ley 52/2007.
Tenemos que reconocer que somos un País de idiotas, en el cual rechazamos los éxitos de nuestros ciudadanos obtenidos en las diversas materias como Tecnología, Ciencias, Investigación, Cultura y así muchas más, y sin embargo nuestros jóvenes en tiempos tan difíciles se dedican a bailar, beber alcohol y peleas callejeras por calles y jardines al son de nuestros gobernantes que les interesa tenerlos entretenidos.
Esto no solo ocurre aquí, los cromos son repetidos en otras naciones de nuestro estatus, y tal parece que seamos Marionetas (Titellas) de mafias políticas que dirigen el destino de nuestra naturaleza moviendo los hilos en la dirección que ellos precisan en determinados momentos.
Para lograr una buena representación y seguir desgastando un Planeta cuyo destino seguro que no sería este. La hoja de ruta que mantienen para seguir en el poder no es otra que seguir aniquilando nuestros valores, nuestros ideales, y convertirnos a todos en rebaños de borregos marcados en la oreja con precintos identificativos y hacernos caminar por senderos espinosos y pedregosos cada vez más difícil de transitar.
Saludos
Miguel Sánchez del Río González-Anleo
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