MOMENTOS

A pesar de las largas experiencias vividas en las diferentes etapas de nuestra vida, los momentos ocurridos espontáneamente, unos fantásticos, otros un verdadero desastre y otros que nos dejaban con la respuesta en nuestra mente sin poder decidir nuestro criterio, han sido el conjunto de una vida pasada y la continuidad de un presente que discurre a tal velocidad que no sabemos, ni cómo ni cuándo ocurrirán, por más que tengamos cierta intuición, ellos aparecerán cuando menos te los esperas. Un simple paseo por la montaña o rumorosa playa acompañada de las notas de unas recurrentes olas de la mar, son suficientes para que en ese entorno sea ideal para que te ocurra un momento que no esperas.

En estos momentos tan complicados, donde entender algo de lo que ocurre cuesta muchas horas para interpretarlo, y un poco más darte cuenta si es verdadero o falso, mis piernas piden camino y mis ojos paisaje para almacenar todo lo que veo y disfrutarlo en un momento dado.

Cuanto más te acerques a la naturaleza viva, comprenderás la realidad de nuestra existencia, nuestro sendero y nuestro destino. Entre tanto, te acompañaran momentos que serán el complemento para cumplir tus objetivos y otros que te pondrán piedras en el camino para que tropieces más de una vez y te rompas las narices.

Ante esos momentos anómalos, no hay otra solución que levantarte rápidamente, curar tus heridas y continuar la senda que te has marcado en la vida. Aún cansado, herido y con muchas dudas, serás capaz de llegar a tú destino.

Los momentos felices también llegan sin esperarlo, pues a pesar de que sean programados, a veces se vuelven grises. Eso quiere decir que un momento bueno no debes desperdiciarlo, pues pasa tan rápido que ni siquiera te das cuenta. Ese tipo de momentos no deben esquivarse y menos si son capaces de abrir tú alma y albergarlos por un instante de tiempo.   

Ahora mismo es casi imposible escuchar que haya pasado un momento bueno, pero si estás al loro como dicen los de ahora, estoy seguro que alguno acontece y se nos despista entre tanta verborrea existente.

Saludos

Miguel Sánchez del Río González-Anleo