Yo, personalmente tengo muchas dudas sobre todo lo que está pasando. Nos hemos trasladado en cuerpo y mente a una época denominada "Verano", en la cual nuestro cuerpo recibe impulsos anatómicos, los cuales en alguna ocasión son beneficiosos para nuestra salud, y otros luchan por posicionarse en los primeros lugares con el objetivo de defender ideales confinados en nuestra mente, los cuales son muy difíciles de sustituir por otros más coherentes con el ánimo de mejorar nuestra estabilidad.
Quizás las vacaciones tengan unas trazas de sueños quijotescos capaces de gustar un periodo de tiempo el cual una vez terminado, todo sigue igual o peor.
Los indicios de la vuelta a la normalidad no son nada agradables. Nos colocan grandes letreros luminosos intentando que despertemos y que veamos la realidad de tal forma que no influya de una forma drástica en todo lo que se nos avecina.
Las familias con hijos en edad escolar, deben disponer del correspondiente incremento de los libros de texto y otros accesorios complementarios. Todos, en general, seremos pasto de las llamas cuya extensión no depende del medio ambiente, sino de actuaciones impropias ideológicas provenientes de poderes inmersos en mantener sus vehemencias en mensajes falsos que logran con mera facilidad llegar al interior de nuestras neuronas, convirtiendo nuestros sueños en realidades capaces de destruir y convertir en nocivas pesadillas.
La desigualdad de intereses, ideales, y valores necesarios para una convivencia que desplace de inmediato la discordancia existente entre ciudadanos es casi imposible en un País en el cual hasta los burros son diferentes. No son iguales mis queridos Asnos de Soto del Barco, que los Rucs de Catalunya o los Astoas del País Vasco.
Si partimos de tales diferencias, nunca seremos capaces de aunar nuestros intereses que son agredidos continuamente por paises cercanos a nuestras fronteras, provocando constantemente falacias que nos sitúan en los primeros puestos de la ignorancia y en los últimos de la cultura, mejora y crecimiento.
Necesitamos con urgencia extrema un/una líder capaz de sacarnos de este bache, yo diría socavón del cual estamos intentando salir a duras penas, y no podemos.
Al igual que en el Siglo de Oro, un periodo que abarcó desde el siglo XVI hasta mediados del siglo XVII durante el reinado de los Austrias en los que España vivió sus mejores tiempos económicos, culturales, políticos y sociales; debemos tirar todos de la misma cuerda y alcanzar éxitos comunes.
Como todos los europeos, hemos caído muchas veces, pero sabemos levantarnos y continuar el mismo camino hacia la esperanza, economía sostenible y continuar con nuestra cultura española detenida en diferentes periodos por ideas completamente equivocadas. Todavía estamos a tiempo de reconducir nuestros errores.
Saludos
Miguel Sánchez del Río González-Anleo
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