Vengo observando que, un gran porcentaje de ciudadanos, al cruzar un paso de peatones, lo realizan con el semáforo en rojo sin esperar al color verde que puede tardar aproximadamente dos minutos. No sé si son daltónicos, requieren de una urgencia justificada, o sólo es por imprudencia temeraria. Yo tengo la manía de comunicarles el riesgo que corren, pero la mayoría responden palabras soeces inoportunas.
La tasa de absentismo de baja laboral en 2022, ha repuntado a máximos históricos al 7,5%. Procedimientos, normativas generales e internas, y aplicaciones como la consignación de máquinas, se van implantando en la industria a través de las multinacionales y consultores con mucha experiencia. Aún así, persisten los accidentes fortuitos, bien por negligencia, descuido o falta de implantación de un sistema de SEGURIDAD INTEGRAL.
Lo más grave, es que en actividades de ocio, deportivas, y de la vida cotidiana se ve una falta de aplicación de la Legislación que podría evitar un número elevado de accidentes.
Lo ideal sería que cada vez que tengas que adquirir una máquina del tipo que sea; vehículo, barco, tractor, incluso un simple cuchillo, se transmita lo primero las normas de SEGURIDAD que debe aplicar el usuario, incluso antes de como cambiar una rueda, como manejar un timón o como arar la tierra, pero con demostración incluida, nada de panfletos que la gente no los lee en ese momento.
En cuanto a la SEGURIDAD que deberíamos aplicar en todos los eventos de los conciertos, deporte, playas, teatros, meetings, etc. Los asistentes deben conocer al igual que las normas de un viaje en avión, las medidas de seguridad mínimas establecidas en caso de algún siniestro. Los asistentes son los que deben ser responsables y conocer sus riesgos aplicando su sentido común, sin falta de una tropa de seguratas cuya actuación no garantiza una total prevención.
Sigo sin entender como se puede dejar actuar a su libre albedrío a personas inexpertas a realizar una subida a la cumbre de una montaña sin conocer el peligro que entraña o ir acompañadas de un guía especialista en estas tareas. Lo mismo sucede en las playas del Norte, nadie explica lo que es la resaca en la mar, quizás la confunden con los efectos posteriores despues de haber tomado unas copas de más. Y tampoco las banderas de colores indicativas en cada playa, puestas a horas muy concretas del servicio de salvamento lo especifica con exactitud.
Toda precaución es poca, para ir a la montaña, además de conocer previamente sus riesgos, se debe estar federado, utilizar los elementos de protección adecuados según la estación del año y ser conscientes de las posibilidades de actuación en caso de accidente. Todavía hay muchos que por su juventud se atreven a focalizar su esfuerzo sin ver el peligro, y otros mayores de edad que confían en su experiencia, pero desconocen sus condiciones físicas.
Ambos casos se han dado recientemente en los Picos de Europa, los cuales conozco y les tengo mucho respeto, al igual que mis queridas Ubiñas que a la mayor la llamo " La montaña sagrada" la cual con sus 2.417 metros la convierte en el punto más alto del Noroeste español. Su mediana dificultad de ascenso ha producido en ascensos invernales varias muertes que podían haberse evitado, simplemente por evitar el exceso de confianza, desconocer sus riesgos y no disponer de las facultades físicas para alcanzar la cima.
No sólo Peña Ubiña tiene sus riesgos en el Macizo de Ubiñas, también los cercanos de la Mesa, la Tesa y el Almagrera necesitan un nivel de entrenamiento y conocimientos básicos para alcanzar sus cumbres.
Todos recordamos las dos horas de espera que sufrimos los niños de mi época en espera de hacer la digestión antes de darnos un baño en la playa obligados por nuestra querida madre. Ahora hay libertad plena sin tener en cuenta la temperatura del agua, la resaca, zonas de baños y colores de banderas. Recordad que en todas las playas no hay servicio de salvamento, y tampoco esos valientes disponen de todos los medios de seguridad y tampoco pueden explicar por el altavoz todos los riesgos existentes. Quizás trípticos bien escritos indicando los riesgos, las medidas de seguridad, y peligros inminentes aplicados a cada actividad de ocio y deportiva deberían repartirse a los asistentes como medio de acción preventiva.
Os acompaño una foto de mi juventud haciendo cima en Peña Ubiña, en la que podéis observar que, no disponíamos en aquellos tiempos, de todos los elementos de protección que ahora existen en el mercado, y se exigen en este tipo de actuación deportiva.
Saludos
Miguel Sánchez del Río González-Anleo
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