Hemos sido valientes al asumir esas dosis que nos inyectan en el brazo izquierdo y que no sabemos sus repercusiones a medio plazo. Las mascarillas han resultado positivas en nuestro sentido del ánimo, aunque han ocultado en cada momento nuestra sonrisa o nuestro enfado, y también han evitado apreciar unos bonitos labios.
Hemos sido fruto de unas de unas restricciones no acometidas por el Gobierno delegando su responsabilidad a las Comunidades Autonómicas, las cuales sin experiencia y medios para intentar sobrevivir han decidido unirse como Reinos de Taifas igual que en el siglo XI.
Los datos informativos recibidos, es decir datos falsos, ganaban por goleada a las verdades auténticas, y un Gobierno acosado por populismos incontrolados no le quedo otro remedio que incluirse en esa problemática que también afectó a varios medios de comunicación. Nuestros abuelos se morían por miles y ni siquiera podíamos despedirnos de ellos.
Hemos pasado 363 días de incertidumbres, sorpresas y falsas esperanzas para: trabajadores, autónomos, pensionistas agricultores y ganaderos. El transporte también enseñó los dientes, siendo callados con unos acuerdos que ni ellos mismos entienden. No digamos de la subida del precio de la energía, esencial para el ciudadano, empresas cuyo primer consumible del proceso es la electricidad y el gas han asumido el alto precio que por supuesto repercutirá en el consumidor y en el aumento del IPC.
Me hace gracia las felicitaciones del Año Nuevo 2022. Aquellos cuyo fin de año será una fiesta para ellos, durará escasamente doce horas y volveremos a empezar un año similar a 2021.
Todas las Leyes aprobadas en este año entre bastidores por nuestro simpático Gobierno son medias verdades que finalmente se convierten en mentiras.
Nuestra sociedad está cambiando con tal rapidez que lo que hoy nos parece real, mañana ya está incluido en nuestro pasado. El presente cada día es más corto, el pasado depende de quien lo relate y el futuro de nuestro País cada día más incierto.
Festejar por todo lo alto, tanto en mensajes incrédulos como cortinas de humo que sean capaces de ocultar los verdaderos problemas que comenzarán ya el uno de enero con la subida del gas natural entre un uno y un 5% es una irresponsabilidad máxima que no podemos asumir.
Nuestra vida hay que vivirla cada día lo mejor posible sin escuchar paridas que alteran nuestro Cortisol en cada momento. Las verdades a medias, finalmente se convierten en mentiras. Vivir entre falacias e ideas progresistas son capaces de llevarnos a un mundo virtual donde la sociedad carece de recursos y valores cuyas raíces no existen y viven sin pasado, con un presente irreal un futuro incierto.
No podemos ser tan confiados y pensar que el año próximo todos nuestros problemas y carencias actuales serán solucionados. Seamos realistas y sigamos muy de cerca los acontecimientos y dejémonos de tanta fiesta popular y tomar si es preciso decisiones impopulares.
Ahora se lleva mucho la palabra "Negociación", pero tener en cuenta que su resultado final puede ser: ganar-perder, perder-ganar y ganar-ganar. Siendo lo ideal ganar-ganar por ambas partes. Hasta ahora todas las que conozco de Educación, Pensiones, Trabajo, Economía, Transformación y Servicios, Agricultura, Ganadería, etc. acaban con el binomio (ganar-perder) siendo la administración siempre el ganador. Si algún día llegamos a obtener unas Leyes cuyo resultado de la negociación sea (Perder-Ganar) o (Ganar-Ganar), entonces brindare con un buen cava catalán o una sidra asturiana.
Que tengáis una entrada de año con ganas de vivir y ayudar al prójimo, y coger fuerza para todo lo que se nos avecina. Poner el timón rumbo norte a 40 nudos y no deis un paso atrás
Saludos
Miguel Sánchez del Río González-Anleo
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