martes, 18 de enero de 2022

PALABRAS AL ALBA

En este mes de enero 2022, en el cual Avilés amanece con muchas dudas, penas y alegrías; con un sol radiante pero insulso por las frías heladas nocturnas, nos levantamos de nuestra cálida cama con ánimos de emprender un nuevo día que pueda despertarnos de nuestros sueños y volver a la realidad. 

Lo ideal sería poder dar con una sonrisa los buenos días a todos los ciudadanos de la Villa que te encuentres por el camino, pero tenemos que conformarnos con que oigan nuestra voz pero no con nuestro gesto.

La realidad optimista escuchando o leyendo las noticias de primera hora, sería que todas fueran con tendencia a la recuperación de la salud, la economía y esperanza óptima de que todo lo que estamos pasando se hubiera terminado.

La triste realidad no es esa, cada segundo que marca el minutero de nuestro reloj, se convierte en un conjunto invariable  de problemas difíciles de solucionar a corto plazo. Desde fallecimientos de personas que han luchado por un mundo mejor, intenciones de guerras por obtener recursos materiales necesarios para lograr un liderazgo mundial e intentar llegar a conseguir acuerdos para salvar todos aquellos inconvenientes que nos faciliten una vida de convivencia son intentos difíciles de alcanzar.

Más fácil sería si la cantidad interminable de idealismos convergieran en aras de de  alcanzar acuerdos en un mundo en que los hombres lucharan por los mismo valores y se ocuparan de mantener un planeta con alto índice de habitabilidad para todos iguales.

La soberbia, el poder, la envidia y un nacionalismo populista implican una sociedad pobre de espíritu, cuyo objetivo interno en su alma, provoca en décimas de segundo desgracias en las cuales cada día son menos posibles de controlar.

Nuestro cerebro no está acostumbrado para pensar en mejoras capaces de solucionar estos hábitos que, a priori con el esfuerzo de todos podíamos evitar.

La vida y la Villa es bella, aunque compleja de mejorar, puesto que somos incapaces de unir nuestros esfuerzos hacia un bien común. La falta de comprensión, falta de amor al prójimo y querer vivir de forma desigual, de espaldas a las normativas y Leyes establecidas para un bienestar común, son motivo suficiente para que partidos políticos, sectas, mafias y otras organizaciones cuyo afán de poder, fama, enriquecimiento rápido e indiferencia sobre el pueblo soberano las hace provocar procedimientos capaces de orientar sus objetivos a resultados en masa que nos eliminan todas nuestras esperanzas de una vida con valores heredados de nuestros antepasados.

Es difícil comprender todas estas reflexiones, pero en la lectura, cultura y educación está escrito hace miles de años. 

Una mejor comprensión la tendremos cuando se ponga en marcha la digitalización de todo el País, el cual dispone de casi un ochenta por ciento de red instalada que tendrá que llegar a la España vaciada, orden proveniente de la Unión Europea. La implantación será más rápida de lo que pensamos y un presente inmediato que no será como el tren de alta velocidad retrasado en Asturias hasta el año 2030.

Saludos

Miguel Sánchez del Río González-Anleo


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