A veces la niebla nubla nuestros ojos, pero la belleza de sus contrastes verdes, grises, y azules que reflejan en nuestra mar son capaces de llevarnos a sueños eternos de antepasados y grandes marinos que surgieron de nuestros embarcaderos.
Los astilleros y nuestro infinito faro cuyos rayos de luz intermitente dirige con esmera exactitud sus coordenadas para indicar a capitanes y patrones por donde dirigirse a buen puerto.
Saludos
Miguel Sánchez del Río González-Anleo
No hay comentarios:
Publicar un comentario